Agricultura ecológica
La agricultura ecológica nace del respeto a las dinámicas naturales de los ecosistemas y de la preservación del equilibrio biológico
La agricultura ecológica, también llamada orgánica o biológica, se basa en el cultivo que aprovecha los recursos naturales para, por ejemplo, combatir plagas, mantener o aumentar la fertilidad del suelo, etc., sin recurrir a productos químicos de síntesis como fertilizantes, plaguicidas, antibióticos, y similares, y en la no utilización de organismos que hayan sido modificados genéticamente, los transgénicos. De esta forma se consiguen alimentos más naturales, sanos y nutritivos. Además, se ayuda a conseguir una mayor sostenibilidad del medio ambiente causando el mínimo impacto medio ambiental.
Hay varios tipos de agricultura ecológica que se basan en el equilibrio y respeto con el medio ambiente, como son, la agricultura Biodinámica, la agricultura Natural o Fukuoka, la agricultura sinérgica, la agricultura Mesiánica, la Permacultura, etc.
El suelo como soporte vital
El suelo asume una importancia vital y no es un mero soporte de las plantas, sino un complejo entramado de vida que se debe potenciar y mimar. Es el único método de agricultura que busca armonizar el funcionamiento de los sistemas naturales con los intereses del ser humano consiguiendo alimentos saludables con rendimientos sostenibles y asegurando la conservación de los recursos naturales, la salud de las personas y contribuye a paliar los efectos del calentamiento global.
La agricultura ecológica permite a las comunidades producir los alimentos necesarios para alimentarse. Este tipo de agricultura favorece un futuro con una agricultura respetuosa y alimentos saludables para todas las personas. Los alimentos cultivados de forma ecológica tienen mejor sabor y son más sanos. Un estudio reciente en California muestra que las fresas cultivadas ecológicamente son más dulces que las producidas de forma convencional. La variedad ecológica también contiene un 10% más de antioxidantes, relacionados con la prevención de muchas enfermedades.
En términos económicos, este método de agricultura moderna conduce a mayores rendimientos de los cultivos. A nivel mundial, la agricultura ecológica puede producir un promedio de aproximadamente 30% más alimentos por hectárea que la agricultura convencional. En los países en desarrollo, la agricultura ecológica puede producir aproximadamente un 80% más de alimentos por hectárea. Al no emplear insumos químicos sintéticos que además, son muy contaminantes, se produce un ahorro muy importante para los agricultores.
También, supone la mejor forma de mitigar los efectos del cambio climático y ayudar a la población mundial a adaptarse a los cambios que supone el calentamiento global.
Máximos niveles de calidad
Los alimentos ecológicos provienen de la agricultura ecológica, que utiliza un sistema de producción de la máxima fiabilidad pues está sujeto a una trazabilidad desde el campo hasta la mesa mediante el Reglamento Europeo 834/2007.
Todos los agentes que intervienen en la cadena agroalimentaria están sujetos al control e inspección de las materias primas utilizadas, el proceso de elaboración, el envasado, el etiquetado, etc. mediante las empresas de control y certificación acreditadas.
La agricultura ecológica es mucho más sabrosa
Los productos ecológicos, al ser elaborados de forma más artesanal y cuidadosa, recuperan los gustos originales y tienen mejor sabor. Debido a que las plantas sólo son regeneradas y fertilizadas orgánicamente, éstas crecen más sanas y se desarrollan de mejor forma, conservando el auténtico aroma, color y sabor. Por ello, muchos consumidores prefieren alimentos ecológicos, ya que conservan el verdadero gusto de cada ingrediente y les permite recuperar el sabor tradicional de los alimentos. Además, los alimentos ecológicos se conservan mejor que los convencionales.